“ESTOY LIBRE DE SÍNTOMAS”
Margarita fue a ver a su médico de cabecera hace quince años por síntomas que no tenían nada que ver con el corazón. Cuando el médico le tomó la presión arterial, notó que el ritmo cardíaco era irregular. “Me derivó al hospital inmediatamente y allí el cardiólogo me hizo un electrocardiograma (ECG). Vi mi ritmo cardíaco desorganizado en la pantalla; muy atemorizante”. Le diagnosticaron fibrilación auricular, a pesar de que Margarita no tenía ningún síntoma que sugiriera fibrilación auricular.
En ese momento, Margarita no tenía idea de qué era la fibrilación auricular. “Quisiera que el médico me hubiera informado mejor sobre qué es la fibrilación auricular, que tengo que tomar medicamentos todos los días y todos los tipos de medicamentos que existen. Desde mi punto de vista, solamente me dieron información técnica”.
Cuando un paciente usa un determinado tipo de anticoagulante, como la warfarina o el acenocumarol, es necesario determinar regularmente el grado de anticoagulación de su sangre (examen de RIN). El especialista en hematología determina la dosis de medicamento de acuerdo con el resultado obtenido.
“Eso es muy incómodo. Cada vez que tenía que hacerme un análisis de sangre, sentía que estaba enferma. Debería existir un modo más sencillo de hacer todo esto”.
Por suerte ese fue el caso. Le dieron otro anticoagulante que no necesitaba ningún análisis de sangre. “Espero que la medicación me mantenga en movimiento. No quiero vivir con miedo. No es necesario vivir con miedo; por suerte, realmente se puede envejecer con fibrilación auricular”
El hecho de que Margarita no está completamente fuera de peligro se evidenció hace algunos años durante una cirugía. “Lamentablemente durante un fin de semana comencé a tener un dolor abdominal intenso muy cerca de la cadera, consulté a la guardia, donde me diagnosticaron hernia atascada, y me dijeron que debía entrar a quirófano inmediatamente. Afortunadamente estaba tratada con un anticoagulante para el cual existe un agente reversor, gracias a eso pudieron operarme y no tuve ningún problema de sangrado”.
Hasta el momento, Margarita no tiene ningún síntoma de fibrilación auricular. “A veces, cuando estoy recostada sobre mi lado izquierdo, siento que mi ritmo cardíaco es irregular. Y por eso tengo que tomar mis medicamentos. Pero por suerte, nunca tuve dolor”. Consulta al cardiólogo una vez al año para un control.
¿Se reconoce en esta historia o aún tiene preguntas sobre la fibrilación auricular? Consulte a su médico.